viernes, 23 de noviembre de 2007

Diario de Petrelli IV

Querido Nessie:

Esta noche no he podido pegar ojo. Los oía. Sé que es imposible porque deben estar a decenas de kilómetros pero los oía. Sus aullidos nocturnos me despertaban cada poco tiempo por lo que me he supuesto que deben estar más que hambrientos. Claman por una presa que saborear, que llevarse a la boca. Una victima viva que pueda saciar su sed. A veces pienso que se debe sentir al abandonarse, al ser uno de ellos. Sólo pensar en su no-vida, el anhelarla, me da miedo.

En el desayuno he visto las caras de todos los demás miembros de la comuna. Sé que han pasado la noche en vela al igual que yo. Ellos también los han oído.
Las charlas y bromas matutinas nos han abandonado por hoy pero sé por experiencia que los humanos sabemos sobrellevar estas cargas. Nuestro cerebro bloquea y se protege. Nuestro cerebro olvida lo que uno no es capaz de olvidar.

No tengo muchas ganas de escribir. Volveré... pero estaré unos días disperso, pensando...

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